Tratamientos eficaces para la artrosis que quizá desconocías

Se estima que en España la artrosis afecta a más de 7 millones de personas, lo que la convierte en una de las enfermedades articulares más frecuentes. Este problema degenerativo puede limitar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen, causando dolor, rigidez y dificultades para realizar actividades cotidianas.
Aunque muchas personas conocen los tratamientos tradicionales, existen opciones terapéuticas innovadoras que también pueden suponer notables mejoras en los síntomas. En este artículo, te explicamos qué es exactamente la artrosis y su tratamiento, además de desvelar alternativas menos conocidas pero muy efectivas para combatir esta problemática.
¿Qué es la artrosis y cómo afecta a tu cuerpo?
La artrosis es una enfermedad degenerativa que daña progresivamente el cartílago articular, ese tejido suave que protege los extremos de los huesos y permite que se deslicen sin fricción. Cuando este cartílago se deteriora, los huesos rozan entre sí, provocando dolor e inflamación.
Los principales factores de riesgo incluyen la edad avanzada, la predisposición genética, el sobrepeso, lesiones previas y trabajos que requieren movimientos repetitivos. Los síntomas más característicos son el dolor articular, la rigidez matutina y la pérdida gradual de movilidad.
Un diagnóstico temprano es fundamental para frenar la progresión de la enfermedad y mantener una mejor funcionalidad articular a largo plazo.
Tratamientos habituales para la artrosis
El tratamiento para la artrosis suele ser progresivo y combina distintas estrategias que buscan aliviar el dolor, mejorar la movilidad y frenar la evolución de la enfermedad. Aunque no existe una cura definitiva, sí hay opciones eficaces que permiten mantener una buena calidad de vida. Entre ellas destacan:

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- Medicación. Los fármacos más utilizados son los analgésicos, como el paracetamol, que ayudan a reducir el dolor, y los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), que actúan tanto sobre la inflamación como sobre el malestar. En algunos casos se utilizan protectores gástricos para evitar efectos secundarios. Es importante saber que la medicación no “cura” la artrosis, pero facilita que el paciente pueda llevar una vida más activa.
- Fisioterapia. Es uno de los pilares del abordaje de la artrosis. Los fisioterapeutas diseñan programas de ejercicios específicos que fortalecen los músculos alrededor de la articulación dañada, lo que ayuda a descargarla y mejorar su estabilidad. También se trabajan la flexibilidad y la postura, aspectos clave para reducir el dolor y prevenir futuras limitaciones.
- Infiltraciones. En fases más avanzadas, las infiltraciones intraarticulares ofrecen un alivio más directo. Las más comunes son las de corticoides, con un potente efecto antiinflamatorio, y las de ácido hialurónico, que actúan como un lubricante para la articulación y mejoran la movilidad durante meses.
- Ejercicio adaptado. El reposo prolongado puede ser perjudicial. Por ello, los especialistas recomiendan mantener una actividad física regular, pero adaptada: caminar, nadar o montar en bicicleta estática son ejemplos de ejercicios de bajo impacto que fortalecen sin castigar la articulación. También se aconsejan prácticas como yoga o pilates suave, que combinan trabajo muscular y control postural.
- Control de peso. El exceso de kilos multiplica la presión sobre rodillas, caderas y columna. Perder incluso un pequeño porcentaje del peso corporal puede marcar la diferencia en la evolución de la enfermedad. Por eso, una dieta equilibrada, con protagonismo de la dieta mediterránea, es fundamental no solo para la artrosis sino para la salud en general.
En conjunto, estas medidas conforman el tratamiento convencional de la artrosis, que los médicos ajustan a cada paciente en función de la edad, el estado de la enfermedad y el estilo de vida.
Tratamientos innovadores que deberías conocer
Terapias biológicas regenerativas
El plasma rico en plaquetas (PRP) puede ayudar a mejorar síntomas en algunos pacientes y estudios, aunque los resultados son variables. Las células madre mesenquimales representan una opción prometedora aún en investigación.
Radiofrecuencia y neuromodulación
Estas técnicas mínimamente invasivas utilizan calor controlado para interrumpir las señales de dolor sin dañar otros tejidos. Se están utilizando como opciones complementarias en algunos casos de dolor crónico, aunque todavía no forman parte del tratamiento estándar para la artrosis.
Suplementación específica
La condroitina, glucosamina y colágeno hidrolizado pueden ayudar a mantener la estructura del cartílago. Aunque la evidencia científica es variable, muchos pacientes experimentan mejoras en el dolor y la movilidad.
Medicina personalizada
Los anticuerpos monoclonales y las terapias basadas en el perfil genético del paciente están en fase de investigación y podrían marcar el futuro del tratamiento para la artrosis, aunque todavía no son parte de la práctica clínica habitual.
Tu estilo de vida como tratamiento
Una dieta mediterránea rica en alimentos antiinflamatorios como pescado azul, frutos secos y aceite de oliva puede reducir la inflamación articular. Además, el ejercicio regular de bajo impacto, las técnicas de manejo del estrés o un sueño reparador, pueden ayudar a complementar cualquier tratamiento médico.
Si sufres dolor articular persistente, rigidez matutina prolongada, hinchazón o una limitación importante en tus movimientos, el primer paso es acudir a un especialista. Los médicos de reumatología y traumatología son quienes pueden ofrecer un diagnóstico preciso y un tratamiento adaptado a tu caso.
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La artrosis no tiene por qué limitar tu vida. Existen múltiples opciones de tratamiento para la artrosis, desde las más tradicionales hasta las más innovadoras. La clave está en obtener un diagnóstico preciso y acceder rápidamente a los especialistas adecuados.
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